Si los niños os han contado que esta semana hemos tenido un terremoto en la clase… ¡es verdad! De vez en cuando toca terremoto, es decir, la clase se mueve y todos los niños acaban cambiando de asiento, sentándose en mesas nuevas y rodeados de nuevos compañeros. Hasta ahora los asientos que ocupaban los habían elegido ellos. Ahora, cuando los vamos conociendo cada vez mejor, reorganizamos la clase con criterios pedagógicos, poniendo juntos a determinados niños para que trabajen mejor, o separando a los que se distraen si comparten mesa, intentando buscar equilibrios entre los más revueltos y los más serenos; y situando en mesas concretas a los que académicamente pueden tirar de otros. En fin, como es natural lo hemos planteado como un juego y una aventura, pero con una intencionalidad educativa que a ellos se les escapaba (a nosotros no). En las fotos podréis ver la nueva distribucion.
Hemos celebrado el cumpleaños de Ismael y el de César; ratos muy agradables, tartas deliciosas, regalos para los niños y cada vez somos más los alumnos-as que cumplen los tres años. Gracias a los padres y madres por este rato tan especial.
Y la familia de Ismael ha repetido con el Libro Viajero; nos han gustado mucho las fotos de Ismael cuando era pequeñito, los animales de la selva, la canción que nos han cantado… Hasta se han quedado para ver cómo aprendemos con las “palabras mágicas” y los bits de inteligencia, y les hemos puesto la canción de la brujita Tapita, que nos gusta mucho.