domingo, 9 de febrero de 2014


Con mucho viento, vamos a entrar en uno de los momentos más importantes del curso escolar en nuestra escuela: la Semana Ignaciana. En esta ocasión, con el lema "Llénate de vida" de fondo, nos acercaremos a la figura de Ignacio de Loyola y de José de Pignatelli. Como siempre, llevaremos a cabo multitud de actividades, algunas de ellas con los alumnos mayores de la escuela; y el colofón será "El Circo de la Vida", al que estáis invitados y os animo a asistir, así como a la donación de sangre del miércoles (regalar vida, otra buena manera de celebrar estos días).
 
Esta semana hemos recibido a Fátima, alumna en prácticas de la Facultad de Educación a la que nuestros niños han recibido con los brazos abiertos. Le damos la bienvenida y le deseamos que estos meses sean provechosos y que aprendamos mucho juntos.
 
Y nos acompañó la familia de Iker: su abuela, su madre y su hermanita. Nos contaron muchas cosas y hasta nos cantaron una canción. La verdad es que estuvimos un poco distraídos, porque su hermana Davinia hacía cosas graciosas. Gracias a la familia de Iker.
 
Os dejo unas cuantas fotos...
 
 






El artículo de esta semana:

¿Qué debe saber un niño de cuatro años?
 
Hace poco, en un foro sobre la educación de los hijos, leí una entrada de una madre preocupada porque sus hijos, de cuatro años y año y medio, no sabían lo suficiente. "¿Qué debe saber un niño de cuatro años?", preguntaba.
Las respuestas que leí no solo me entristecieron sino que me irritaron. Una madre indicaba una lista de todas las cosas que sabía su hijo. Contar hasta 100, los planetas, escribir su nombre y apellido, y así sucesivamente. Otras presumían de que sus hijos sabían muchas más cosas, incluso los de tres años. Algunas incluían enlaces a páginas con listas de lo que debe saber un niño a cada edad. Solo unas pocas decían que cada niño se desarrolla a su propio ritmo y que no hay que preocuparse.
Me molestó mucho que la respuesta de esas mujeres a una madre angustiada fuera añadirle más preocupación, con listas de todo lo que sabían hacer sus hijos y los de ella no. Somos una cultura tan competitiva que hasta nuestros niños en edad preescolar se han convertido en trofeos de los que presumir. La infancia no debe ser una carrera.
Por todo ello, he decidido proponer mi lista de lo que debe saber un niño (o una niña) de cuatro años:
  1. Debe saber que la quieren por completo, incondicionalmente y en todo momento
  2. Debe saber que está a salvo y debe saber cómo mantenerse a salvo en lugares públicos, con otra gente y en distintas situaciones. Debe saber que tiene que fiarse de su instinto cuando conozca a alguien y que nunca tiene que hacer algo que no le parezca apropiado, se lo pida quien se lo pida. Debe conocer sus derechos y que su familia siempre le va a apoyar.
  3. Debe saber reír, hacer el tonto, ser gamberro y utilizar su imaginación. Debe saber que nunca pasa nada por pintar el cielo de color naranja o dibujar gatos con seis patas.
  4. Debe saber lo que le gusta y tener la seguridad de que se le va a dejar dedicarse a ello. Si no le apetece nada aprender los números, sus padres tienen que darse cuenta de que ya los aprenderá, casi sin querer, y dejar que en cambio se dedique a las naves espaciales, los dinosaurios, a dibujar o a jugar en el barro.
  5. Debe saber que el mundo es mágico y ella también. Debe saber que es fantástica, lista, creativa, compasiva y maravillosa. Debe saber que pasar el día al aire libre haciendo collares de flores, pasteles de barro y casitas de cuentos de hadas es tan importante como practicar la fonética. Mejor dicho, mucho más.
Pero más importante es lo que deben saber los padres:
  1. Que cada niño aprende a andar, hablar, leer y hacer cálculos a su propio ritmo, y que eso no influye en absoluto en cómo de bien ande, hable, lea o haga cálculos después.
  2. Que el factor que más influye en el buen rendimiento académico y las buenas notas en el futuro es leer a los niños de pequeños. No las fichas, ni los manuales, ni las guarderías elegantes, ni los juguetes y ordenadores más rutilantes, sino que mamá o papá dediquen un rato cada día o cada noche (o ambos) a sentarse a leerles buenos libros.
  3. Que ser el niño más listo o más estudioso de la clase nunca ha significado ser el más feliz. Estamos tan obsesionados por tratar de dar a nuestros hijos todas las "ventajas" que lo que les estamos dando son unas vidas tan pluriempleadas y llenas de tensión como las nuestras. Una de las mejores cosas que podemos ofrecer a nuestros hijos es una niñez sencilla y despreocupada.
  4. Que nuestros niños merecen vivir rodeados de libros, naturaleza, utensilios artísticos y la libertad para explorarlos. La mayoría de nosotros podríamos deshacernos del 90% de los juguetes de nuestros hijos y no los echarían de menos, pero algunos son importantes: juguetes como los LEGO y las construcciones, juguetes creativos como los materiales artísticos de todo tipo (buenos), los instrumentos musicales (tanto clásicos como multiculturales), disfraces, y libros y más libros (cosas, por cierto, que muchas veces se pueden conseguir muy baratas en tiendas de segunda mano). Necesitan libertad para explorar con estas y otras cosas, para jugar con montoncitos de alubias secas en el taburete (supervisados, por supuesto), amasar pan y ponerlo todo perdido, usar pintura, plastilina y purpurina en la mesa de la cocina mientras hacemos la cena aunque lo salpiquen todo, tener un rincón en el jardín en que puedan arrancar la hierba y hacer un cajón de barro.
  5. Que nuestros hijos necesitan tenernos más. Hemos aprendido tan bien eso de que necesitamos cuidar de nosotros mismos que algunos lo usamos como excusa para que otros cuiden de nuestros hijos. Claro que todos necesitamos tiempo para un baño tranquilo, ver a los amigos, un rato para despejar la cabeza y, de vez en cuando, algo de vida aparte de los hijos. Pero vivimos en una época en la que las revistas para padres recomiendan que tratemos de dedicar 10 minutos diarios a cada hijo y prever un sábado al mes dedicado a la familia. ¡Qué horror! Nuestros hijos necesitan la Nintendo, los ordenadores, las actividades extraescolares, las clases de ballet, los grupos organizados para jugar y los entrenamientos de fútbol mucho menos de lo que nos necesitan a NOSOTROS. Necesitan a unos padres que se sienten a escuchar su relato de lo que han hecho durante el día, unas madres que se sienten a hacer manualidades con ellos, padres y madres que les lean cuentos y hagan tonterías con ellos. Necesitan que demos paseos con ellos en las noches de primavera sin importarnos que el pequeñajo vaya a 150 metros por hora. Tienen derecho a ayudarnos a hacer la cena aunque tardemos el doble y trabajemos el doble. Tienen derecho a saber que para nosotros son una prioridad y que nos encanta verdaderamente estar con ellos.
Y volviendo a esas listas de lo que saben los niños de cuatro años...
Sé que es natural comparar a nuestros hijos con otros niños y querer asegurarnos de que estamos haciendo todo lo posible por ellos. He aquí una lista de lo que se suele enseñar a los niños de esa edad y lo que deberían saber al acabar cada curso escolar, a partir del preescolar.
Como nosotros estamos educando a nuestros hijos en casa, yo suelo imprimir esas listas para comprobar si hay algo que falte de forma llamativa en lo que están aprendiendo. Hasta ahora no ha sucedido, pero a veces obtengo ideas sobre posibles temas para juegos o libros que sacar de la biblioteca pública. Tanto si los niños van al colegio como si no, las listas pueden ser útiles para ver lo que otros están aprendiendo, y pueden ayudar a tranquilizarnos sabiendo que van muy bien.
Si existen aspectos en los que parece que un niño está por detrás, hay que darse cuenta que eso no indica ningún fracaso, ni del niño ni de sus padres. Simplemente, es una laguna. Los niños aprenden lo que tienen alrededor, y la idea de que todos deben saber esas 15 cosas a una edad concreta es una tontería. Aun así, si queremos que las aprenda, lo que tenemos que hacer es introducirlas en la vida normal, jugar con ellas, y las absorberá de manera natural. Si contamos hasta 60 cuando estamos haciendo la masa de un bizcocho, aprenderá a contar. Podemos sacar de la biblioteca libros divertidos sobre el espacio o el abecedario. Experimentar con todo, desde la nieve hasta los colores de los alimentos. Todo irá entrando con más naturalidad, más diversión y muchas menos presiones.
Sin embargo, mi consejo favorito sobre los niños pequeños es el que aparece en esta página.

¿Qué necesita un niño de cuatro años?

Mucho menos de lo que pensamos, y mucho más.
 

7 comentarios:

Isa dijo...

Me encanta la reflexion d esta semana, como madre m siento identificada con muchas d estos miedos irracionales, q sin embargo desaparecen cuando alguien mas razonable te dice q todo siga su curso (gracias Antonio). Es impresionante el monton de fallos q puedes cometer a lo largo del dia, pero nada mas alla del dia a dia, que ni mas ni menos te ayudan a aprender una cosita nueva cada dia. Nosotros crecemos como padres al igual q nuestros niños crecen en nuestro entorno, un ambiente q debe ser lo mas natural posible. Tengo una amiga (maestra de educacion infantil), que una vez me dijo: no respondas a tu hijo irrealidades a su pregunta real, solo adaptalo a su entendimiento. Asi q cada vez q Ruben me pregunta alguna d esas cosas q a los padres nos deja a cuadros porque no sabes como responder, solo le digo la verdad pero con ejemplos, y con palabras que el pueda entender.
Por otro lado, bienvenida a Fatima, espero que disfrutes de cada momento con estos locos bajitos.
Por cierto, la pequeña Davinia esta lindisima.
Pues lo dicho gracias por compartir todo esto con nosotros. Saludos.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias por este gran recibimiento la verdad que no me espera menos de este gran cole.
Gracias a Antonio por acogerme tan bien y hacer de este trabajo algo sencillo y divertido, como él ha dicho estoy segura de que juntos aprenderemos muchísimo.
Y de estos pequeños, solo decir que me tienen encantada y desbordan alegría me encanta pasar el tiempo con ellos.
Es un placer que los haya encontrado en mi paso por la escuela :)
Saludos

Cristi (mamá Paula) dijo...

Fatima, bienvenida a la clase de nuestros peques, sé que aprenderán mucho contigo y tú con ellos. Seguro que sabrás aprovechar la oportunidad de exprimir, todo lo que sabe, al profe Antonio.
El artículo de esta semana, tuve la suerte de leerlo hace ya tiempo y creo que es de los que más me gustan. Me sirvió de ayuda para entender una imagen que tengo en mi cabeza y que ahora comparto con vosotros:
Estar sentada en un restaurante con mi marido y mis hijas, y tener en la mesa de enfrente a unos padres jugando con sus hijos, sí, jugando con sus hijos, sin una consola de videojuegos, ni tablet, ni teléfono móvil a modo de distracción. Me gustó mucho, pero a la vez me dio pena de que eso me llamara tanto la atención, cuando debería ser algo de lo más natural. Desde entonces, un estuche con colores y una libreta, os aseguro que es buena opción.
Un saludo.

MARIAN (mamá de César) dijo...

Bienvenida Fátima!!!!!, ya verás lo bien que lo pasais. El articulo estupendo y lleno de contenido para aplicarlo cada día. Gracias. A la familia de Iker los veo fenomenal y la pequeña,.... pues una muñeca. Un abrazo. Marián.

Anónimo dijo...

Hola q todos!!!darle la vienvenida a fatima q disfute y aprenda muxo con nuestros peques .....y decir q pasamos un ratito muy agradable son maravillosos y lo entretenido q estuvieron con la peque davinia jjjj q graciosos y dar las gracias antonio como siempre por su travajo.un saludo los papas d iker.

Antonio dijo...

Gracias Isa, Fátima, Cristina, Marian y padres de Iker por vuestros comentarios.

La verdad es que el artículo aporta mucha claridad sobre la educación y atención a nuestros hijos. Personalmente lo releo a menudo y reviso mi acción como padre y maestro a la luz de lo que dice.

Comparto vuestras reflexiones, que son muy acertadas.

Un saludo,

Anónimo dijo...

Hola , soy el papa de Ainhoa, me reí mucho presentando el libro viajero, y me encantó la cara de asombro de los peques cuando hice el truco de magia jejej gracias por las fotos. UN SALUDO