domingo, 6 de noviembre de 2016


      Ahinoa y Lucía Sardiña, acompañadas de sus madres Arantxa y Charo, se han transformado en científicas y nos han acompañado para realizar un experimento espectacular, el huevo radioactivo, que consiste en introducir un huevo en vinagre durante 48 horas: El huevo aumenta de tamaño y se vuelve elástico, porque el vinagre reacciona con la cáscara del huevo disolviéndola, y el agua del vinagre ha pasado al interior del huevo por eso aumenta de tamaño. Aplicándole una luz especial, se ve cómo brilla. Además, nos han traído material para seguir ambientado la clase que cada vez se parece más a un laboratorio científico. Mil gracias a estas familias. Ah! Nos han dejado además una flor blanca que han metido en agua con colorante rojo. El lunes observaremos qué le ha pasado a la flor y por qué. Seguimos aprendiendo mucho!!!

Y hemos celebrado los cinco añitos de Valeria, con una deliciosa tarta casera. Gracias por acompañarnos y hacer que Valeria haya pasado un rato especial y entrañable.

Hemos vuelto a tener sesión matinal de cine. La película elegida entre todos ha sido Mascotas, gentilmente aportada por Eloi, aunque había mucho donde elegir. Gracias.

Después de las fotos les dejo un artículo (un poco largo pero muy interesante) sobre la compra de los Reyes Magos. Merece la pena dedicarle el rato que lleva su lectura, y si a alguna familia le aporta,le ilumina, le da ideas... será genial. 


















Es muy  importante que tanto los Reyes Magos como los papis tengamos un criterio claro y sigamos ciertas claves a la hora de escoger los regalos de Reyes de los más pequeños.
Estos son los puntos claves y trucos que hay que tener en cuenta:
  • Sed previsores: adelantar las compras. Para que la Navidad no suponga un descalabro en la economía familiar, es conveniente comenzar a comprar los juguetes meses antes. A ser posible aprovechando descuentos, ofertas y rebajas.
  • Antes de comprar un juguete, comparad precios en distintos establecimientos. En muchos casos, la diferencia es tan notable que un mismo juguete puede llegar a duplicar su precio.
  • Juguetes seguros. El embalaje o caja debe llevar la etiqueta CE impuesta por la normativa comunitaria además de todos los sellos de calidad necesarios y especificar la ausencia de componentes tóxicos. Si compramos una muñeca, peluche, etc. debemos comprobar que los ojos, las orejas, etc., estén bien cosidos o pegados, sin que haya peligro de que se desprendan.
  • Juguetes de calidad. Los juguetes para niños, sobre todo para bebés, deben estar fabricados con materiales que no se rompan. Además deben evitarse aquellos que estén pintados o barnizados.
  • Adquirir juguetes adecuados a la edad del niño. El peque tiene que poder manipularlos sin peligro, no deben contener piezas demasiado pequeñas que puedan soltarse o desprenderse y ha de ser capaz de entenderlos e interactuar con ellos. Por eso, es importante prestar atención a las etiquetas de recomendación de edad, sobre todo entre los 0 meses y 3 años) y elegir juguetes adecuados a sus habilidades y capacidades. Los juguetes no destinados a un determinado grupo de edad pueden poner en riesgo la seguridad de los niños. Si pensáis en adquirir un artículo para más adelante, aprovechando las Navidades, no se lo ofrezcáis hasta que haya cumplido la edad adecuada para poder manipularlo.
  • Ni demasiados juguetes, ni demasiado caros. La imagen más habitual en la mañana de Navidad o de Reyes es la de los pequeños abriendo un paquete tras otro, rompiendo el papel de regalo a toda velocidad para descubrir rápidamente qué contiene y pasar al siguiente. Y así en casa, en casa de los abuelos, de los tíos, de los amigos, etc. Papá Noel y los Reyes Magos suelen ser generosos, pero hay ocasiones en las que se pasan… Psicólogos y pedagogos lo tienen claro: la abundancia de regalos no es favorable para los niños. Al darles todo lo que piden (que no es todo lo que necesitan ni mucho menos), se vuelven insaciables. A la larga, se convertirán en adultos insatisfechos, para los que nunca nada será suficiente ni suficientemente sorprendente. Si hay demasiados regalos a su alrededor, el niño no puede atenderlos a todos, se dispersa y le resulta imposible jugar con todo. Si, además, esta situación se convierte en algo normal, se pierde la emoción. También es frecuente que a los Reyes Magos se les vaya la mano con el valor de lo regalado. Cuando se acostumbra a un niño a recibir obsequios desproporcionadamente caros para su edad, resulta negativo para su educación, pierden la noción de lo que cuestan las cosas, se les educa en una cultura consumista y se les aleja de valores positivos en su desarrollo como adultos como el del ahorro o la austeridad. Lo ideal es que los peques no reciban más de 3 ó 4 regalos en casa y no más de 1 en cada casa de familiares y/o amigos. También es fundamental repartir bien los juguetes entre Papa Noel y Reyes si se celebran ambas fiestas. Dosificar los regalos es clave para no saturar a los más pequeños. Debemos enseñar a los niños que valemos por lo que somos, no por lo que tenemos. Para cumplir esta máxima es muy importante ayudar a los peques a redactar su carta a los Reyes Magos, ayudándoles en la elección, sugiriendo lo interesante de algunos juguetes o juegos que van a ser disfrutados más tiempo o por varias personas de la familia y evitando aquellos excesivamente costosos, repetitivos o inadecuados. Los niños suelen escoger su lista de regalos entre los que ven por televisión, en catálogos publicitarios o fijándose en los que ya tienen sus amigos. No debemos permitir que nadie, ni los medios de comunicación, les diga lo que es mejor para ellos y debemos evitar ser padres “competidores consumistas” y comprar para nuestros hijos todo lo que vemos que tienen los hijos de los demás. Debemos valorar, y enseñarles a valorar a ellos también, si se necesita o no lo que se compra y establecer límites en la lista de regalos. Los niños se lo piden todo, porque son niños, así que es conveniente enseñarles a tomar decisiones y valorar lo que tienen. Una vez adquiridos los juguetes, reparte las compras con la familia, para que los niños reciban el número de regalos adecuado y no se repitan. Y si a pesar de todo los Reyes Magos o Papa Noel se han pasado de generosos, una buena idea es guardar algunos de los regalos y aprovechar para entregárselos en un día especial, pasadas las Navidades.
  • Evita tirar el dinero a la basura. Valora la vida que tendrá del juguete una vez salga de su envoltorio en la mañana de Reyes. Los juguetes evolutivos acompañan al niño durante años, adaptándose a su desarrollo y adquisición de nuevas habilidades. Evita, en la medida de lo posible, las modas pasajeras. Es muy importante que, a la hora de elegir, que el niño haya visto el juguete en una tienda física. A menudo los peques se dejan llevar por la publicidad de un producto y después lo que ven se aleja mucho de lo que les mostraron por televisión. También es imprescindible asegurarnos de la calidad del juguete. Los niños “maltratan” las cosas así que sus juguetes deben estar fabricados con materiales prácticamente irrompibles.
  • Lo que los padres desean, no es lo que desean sus hijos. Es importante respetar los deseos de los niños, aunque ayudándoles a elegir bien y actuando siempre con criterio. Por supuesto, hay que atender sus peticiones para que después, los regalos que reciban les causen realmente ilusión, pero estos deben siempre ajustarse a nuestro presupuesto y a lo que consideramos adecuado para nuestros hijos. También hay que buscar variedad y tener en cuenta el espacio que tenemos en casa para guardar los juguetes. Muchos niños piden juguetes similares (todos videojuegos o todas muñecas), y como padres debemos enseñarles otras alternativas, así podrán tener diferentes experiencias de juego. Para esto también resulta útil supervisarles y asesorarles a la hora de escribir la carta a Papá Noel o a los Reyes Magos.
  • Juguetes educativos: sí, pero también divertidos. El juego, además de ser una actividad lúdica que proporciona placer, es una de las mejores actividades para aprender. Los niños jugando lo aprenden todo: aprenden a desarrollar sus sentidos, desarrollan diversas capacidades como la percepción, la atención, la memoria, la imaginación y la fantasía. Jugando adquieren hábitos, normas y reglas de todo tipo, entre otras, todo lo referente al comportamiento y el respeto a los otros. Aprendemos a conocer a las personas, su nombre, su forma de ser y de comportarse. Por eso, es importante regala juguetes que fomenten valores positivos, que gusten a los niños, pero que también garanticen el desarrollo de sus habilidades y aporten enteros en su educación pero sin olvidar que los juguetes son, al fin y al cabo, para jugar. Ésa es, precisamente, la principal función de un juguete: que se pueda jugar con él. Parece una obviedad, pero a menudo se nos olvida y nos dejamos engatusar por juguetes deslumbrantes llenos de luces, sonidos y movimientos autónomos, que relegan al niño a la posición de simple espectador. Y cuando se acaban las pilas, se acaba el juego. El juguete debe hacer al niño protagonista, y debe ser un apoyo, soporte o herramienta para su juego. La clave: dar con una gama de juguetes que les permita aprender jugando.
  • Juguetes no demasiado complicados. Adquirir complicados puzzles o juegos de construcción es un clásico entre muchos padres que después se pasan la mañana entera de Reyes tratando de instalar o montar complicados artefactos mientras sus hijos, cada vez más aburridos, le observan actuar. Por eso, es importante comprobar que cada juguete incluye las instrucciones de montaje o de uso en castellano y resultar comprensibles y fáciles de entender. Si el peque se siente sobrepasado por determinado juego, se sentirá frustrado y nunca más volverá a querer jugar con él.
  • Ni juguetes sexistas, ni juguetes racistas, ni juguetes violentos. Un error muy común a la hora de comprar juguetes a los niños es diferenciar juguetes por el sexo del niño. No hay juguetes para niños ni para niñas, sólo juguetes divertidos o aburridos. Cuando nosotras éramos pequeñas, nuestros padres nos compraban muñecas a mi hermana y a mí, sí… ¡pero también balones y trenecitos! Ahora que somos adultas apreciamos mejor lo acertado de sus decisiones 🙂 Un niño que quiere jugar hoy a las cocinitas puede ser un gran chef el día de mañana y una niña que quiere jugar al fútbol puede convertirse en una gran deportista cuando alcance su edad adulta siempre que sus padres hayan sabido potenciar sus habilidades e intereses. Otro fallo muy extendido es regalar a los niños juguetes con un alto contenido de violencia, como muchos de los videojuegos que ellos mismos escogen. Los juguetes son fundamentales para el desarrollo de nuestros hijos, inciden en sus actitudes y habilidades futuras y por ello debemos preguntarnos qué valores transmiten aquellos que les regalamos. Los expertos recomiendan identificar cuáles son los valores que transmiten los juguetes elegidos en función de lo que queramos potenciar en nuestro niño. Sólo hace falta dar una pensada al uso que le dará a ese juguete y asociar ese uso a una serie de valores. Los juguetes pueden ser sexistas, racistas, violentos… pero también pueden fomentar la igualdad, la tolerancia, la solidaridad…
  • Controlar el contenido de los videojuegos y sus recomendaciones de edad. Los videojuegos resultan ser los juguetes preferidos de la mayoría de los niños, niñas y adolescentes. En muchos casos este tipo de juego genera polémica dentro de la sociedad, por la creencia de que puede generar adicción o induce a cambios de conducta como el aislamiento o la violencia. La realidad es que los computadores hacen parte del día a día laboral y doméstico, por lo tanto no está de más que los niños y adolescentes se familiaricen con él pero atendiendo los siguientes factores, donde puede malograrse a un niño o niña: el tiempo que se está frente a las pantallas y el contenido de los juegos. Por ello se recomienda además: – No comprar videojuegos que fomenten valores violentos, destructivos y discriminatorios. El tiempo recomendado para que un menor de 7 años juegue con una pantalla es de MÁXIMO 15 MINUTOS. Los expertos recomiendan a los padres observar cómo el niño se relaciona con esta actividad, la cual si se realiza adecuadamente puede proporcionarle una experiencia de control muy positiva. A los niños o niñas mayores, es conveniente ponerles UN LÍMITE DIARIO DE TIEMPO que no exceda LOS 45 MINUTOS, aunque los fabricantes aconsejan 2 horas. El problema no radica en el tiempo que pasa con el videojuego, en el cual el niño o niña está solo, sino todas aquellas actividades que deja de hacer y que resultan necesarias para su desarrollo, como jugar al aire libre, leer un cuento, compartir en familia.
  • Atención a las pilas. Clásico error: dar por hecho que todos los juguetes que adquirimos ya llevan las pilas puestas. Comprobad bien si las llevan o no y cuáles y cuántas necesitan para funcionar para haceros con el arsenal necesario para que los peques puedan estrenar y disfrutar sus juguetes sin complicaciones ni disgustos de última hora.
  • Una vez abiertos… garantía de devolución. Comprobar que están todas las piezas y si el juguete presenta fallos de funcionamiento en los siguientes días. Conviene recordar que, según la normativa europea, el consumidor no tiene sólo 15 días para devolver el artículo (éste es tan sólo el plazo legal para devolverlo sin dar ninguna explicación simplemente porque finalmente no se desea), sino hasta 2 años.
  • Juega con tus hijos. La mañana de Navidad o reyes, implícate, échate al suelo y juega con ellos. De hecho, involucrar a los peques en la elección de futuros regalos, elaboración de presupuestos, así como desarrollar en ellos actitudes ecológicas, como ahorrar y reciclar les convertirá en personas más felices. Y así contribuiremos a educarles en un consumo responsable 🙂 Que un juego de mesa o de grupo caiga en una casa u otra de sorpresa, nunca viene mal para reunir a la familia entera en torno a la mesa. Sobre todo, si en una casa hay hermanos.
  • Entre los regalos siempre debe de haber, como mínimo, un libro o cuento.
Tomado del Blog: Una mamá novata.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola gracias a ti por dejarnos ser participes de estos fantásticos proyectos,me lo he pasado genial. Lucia estaba deseando de q llegara el dia de ser científica,y nos ha salido el experimento genial,con huevo roto incluido jajaaaa... los niños estuvieron super atentos ,y sus preguntas eran muy interesantes.Un saludo Charo

Anónimo dijo...

Hola gracias por dejarnos pasar un ratito tan bueno con todo vosotros.los niños super buenos y unas preguntas muy interesante.un saludo.Arantxa mamá de Ahinara

Unknown dijo...

Que razón tiene todos esos trucos y claves de los regalos de Navidad, que aunque a veces los Reyes Magos y demás se dejan llevar por ese mismo impulso infantil...es bueno recordar qué es lo mejor para los niños, para su edad y para que aprecien y respeten más las cosas. Quiero agradecer también todas las actividades que haceis con los niños, esa dedicación de los padres y creatividad de los profes que han tenido para que de una forma tan divertida, empiecen los niños a experimentar y descubrir el fabuloso mundo científico y, como no...no todo es estudiar, también poneis tiempo de relajación y ocio con días de cine. Qué más te podemos pedir Antonio!!

Antonio dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios!!! y Charo gracias por tu creatividad y dedicación para ambientar el aula. Y también a tí, Arantxa, y perdón por cambiarle a tu hija el nombre!!! Y Marina, me alegra mucho saber que al menos una madre ha leído el artículo sobre los regalos y le parece interesante y útil.