

Este jueves hemos realizado una visita a Censyra (Centro de Selección y Reproducción Animal) de
Estos días además hemos celebrado el cumpleaños de Irene Cortés y también nos visitaron la mamá y la abuela de Jorge para enseñarnos el Libro Viajero de los Abuelos y contarnos de un juego muy simpático que le hacía a Jorge su abuelo Antonio; su abuela Encarna, que le hacía el juego de mamá pato; su abuelo Regino que les cuida desde el cielo, y su abuela Toni, que tiene una fuerza y una vitalidad fuera de lo normal y que cuida de los nietos cuando sus padres trabajan. Nos han dejado escrito que "envejecer es como escalar una gran montaña. Mientras se sube las fuerzas disminuyen pero la mirada es más libre y la vista más amplia y serena. Los abuelos son los ángeles de los nietos. Una persona no envejece cuando se arruga su piel, sino cuando se arrugan sus sueños y sus esperanzas". Les doy las gracias por el esfuerzo que han tenido que hacer para estar con nosotros. Ha sido un rato muy agradable y especial.
Foto realizada por Daniela.
Todos los martes (si el tiempo lo permite) vamos a la capilla y nos acompañan algunos padres y madres.
Con motivo del Carnaval de nuestra ciudad, el viernes se nos llenó la clase de princesas, superhéroes, enfermeras, animales, bomberos… y maquillajes de todo tipo. Días de alegría y de anunciar, cada uno a su manera, la magia del Carnaval.
Nos visitaron los padres y abuelos de Irene Cortés. Su abuelo Emilio, que le dice cosas graciosas porque es un guasón. En el campo le ayuda, le da las herramientas, y su abuelo la sube en la carretilla. También nos acompañó su abuelo Berna, que vive en un cortijo muy grande y junto al que también le gusta pasar mucho tiempo. Pero Irene nos guardaba una sorpresa, y es que ella tiene muchos abuelos y abuelas, porque su madre trabaja en una residencia de ancianos y la tratan como si fuera su nieta; ella los quiere mucho, va a visitarlos y se lo pasa muy bien. Gracias por vuestra visita y por la poesía hermosa que nos habéis regalado:
Tercera edad, que pausas el caminar,
haces lento el hablar,
y poco a poco disminuyes las fuerzas,
también haces que aprendamos a escuchar.
Por eso abuelita y abuelito,
no te preocupes si te vas quedando sin dientes,
sigues siento el valiente que siempre admiraré;
No te preocupes el ya no caminar aprisa,
así nos tardamos más en llegar a nuestro destino,
y podrás contarme mas historias, de cuando eras niño,
de aquellos tiempos mejores que recuerdas con lágrimas.
No te preocupes si hablas despacito,
que escucharte por mucho tiempo necesito,
que para vivir lo que has vivido
no sé si la vida me alcance.
No te preocupes, no estas solito,
tienes muchos nietos, aunque no conozcas sus nombres,
son todos aquellos que esperan que de allá arriba
les permitan llegar a esa bendita Tercera edad.